El bajo Manuel Fuentes interpretará a Sparafucile de “Rigoletto” en el Festival de Ópera de Lanzarote. Foto: FND.

Manuel Fuentes:”El Festival de Ópera de Lanzarote sentará un precedente y quiero que la gente no se lo pierda”

Natural de Crevillent, Alicante, en donde nace el 31 de marzo de 1996. En la actualidad compagina canto, repertorio y formación musical con el tenor José Sempere. Ha recibido formación vocal con Ana María Sánchez, Mariella Devia o Sonia Ganassi. También cursa estudios privados de lenguaje musical, armonía y piano con Francisca García. En 2019 se proclama tricampeón en el VII Concurso Internacional de Canto Alfredo Kraus, llevándose el Primer Premio, Premio del Público y Premio al mejor cantante de nacionalidad española. En 2020 es galardonado con el Premio Plácido Domingo al mejor cantante español en el Concurso Internacional de Canto Tenor Viñas, llevándose también el Premio Festival Castell de Peralada y el Premio Fundació Ferrer i Salat. Debuta en el mundo de la zarzuela en 2020 con Farinelli de Tomás Bretón en Madrid, su primer rol como cantante lírico fue en Il Trovatore con la Ópera de Las Palmas de Gran Canaria en 2021. Ha ofrecido además diversos recitales y conciertos destacables como su participación en la Gala del 17è Aniversari del Gran Teatre del Liceu. Es nombrado como Young Artist de la EFA.

¿Existe alguna tradición artística en su familia que le impulsara a introducirse en el canto? “Sí, existe una tradición familiar, ya que mi abuela y mi padrino pertenecen a una de las corales más antiguas de toda España, es el Orfeón Crevillentino de la provincia de Alicante. A los once años entré en el coro del colegio en el que estudiaba, allí comencé a cantar  hasta tener la edad suficiente para poder empezar en el Orfeón Crevillentino de forma que, por parte de mi tío y abuela, entré en la agrupación coral a los dieciséis. Ahí comenzó todo a nacer sin darme cuenta, porque aún era muy joven como para saber que esto iba a transformarse en algo profesional. Poco a poco fui dando pasos, apartando el miedo y los demás prejuicios que hay en torno al mundo de la  lírica.  Y sin esperarlo hace tres años tuve mis primeros roles en la zarzuela y en algún concierto. La voz comenzaba a desprenderse de lo que es el coro, ya que comenzaba a resaltar sobre los demás. Así, de la mano de algunos cantantes líricos e influyentes de la música pude comenzar mi andadura en el camino de la lírica por solitario”.

¿Qué le motivó a decantarse por el ámbito lírico?  “Subido en el escenario y haciendo lo que hago es donde más feliz me encuentro. Yo antes de saber que este era mi sitio jugaba al fútbol de forma profesional. Aparte tengo también  mi carrera universitaria. Pero ni una cosa ni la otra se pueden comparar a lo que siento cuando estoy encima del escenario e intento transmitir aquello que el autor quiere que transmita y el cómo lo hago que la gente se conmueva. Creo que soy un transmisor del canto y no hay nada con lo que hasta ahora pueda compararse al nivel de felicidad que me produce el subirme en los escenarios para actuar, interpretar y cantar”.

¿Cómo describiría su voz? “Tengo la gran suerte de que en la tesitura vocal en la que me encuentro, que soy un bajo, no hay muchos a nivel nacional y pocos fuera de nuestra nación. Creo que dispongo de una buena técnica gracias a mi profesor José Sempere, uno de los tenores más importantes de la lírica nacional en los últimos cuarenta años. Él es el que me ha enseñado todo lo que sé. Creo que empiezo a tener una buena técnica. Esto es una carrera muy larga y yo apenas llevo profesionalmente dos años. Considero que lo que se está sentando en mi instrumento es una técnica que me permite cantar toda la vida y opino además que al final la voz tiene que ser única. Estoy trabajando para conseguir un instrumento único, sin copiar a nadie e intentando que mi voz tenga una personalidad, carácter único que me permita distinguirme de cualquier otro cantante y ser especial”.

¿Cómo es la preparación desde joven cuando se pretende llegar a ser cantante lírico profesional?“Yo siempre digo que hay dos caminos, está el camino ordinario que es seguir en el conservatorio, es la forma formal de formar la voz, y luego está el camino que he seguido, otro que sigue el mismo fin aunque con otro medio, de forma privada. Yo empecé a cantar en la coral, pero este profesor , José Sempere, dió conmigo. Empecé con él una docencia por privado. Iba a su casa a estudiar, su mujer es pianista además así que ambos aunaban todas las vertientes de la docencia que necesitaba para poder dedicarme al canto. El avance es mucho mayor, más rápido y eficiente. No todo el estudiante de canto tiene la suerte que yo he tenido. Al final un camino u otro son los que llevan al cantante a poder tener los instrumentos necesarios para dedicarse al mundo del canto. Luego, lo que determina a un cantante, es decir, el dedicarse a ello o no depende de otros factores, pero los instrumentos te los da un conservatorio o de forma privada”.

“No tengo ninguna prisa para llegar a donde creo y sé que voy a llegar”
Grandes figuras del canto como la soprano Ana María Sánchez, Mariella Devia o Dolora Zajick han sido algunas de sus tutoras, ¿qué importancia tuvieron en su trayectoria? “Además de mi profesor José Sempere he ido perfeccionando y he asistido a clases magistrales para que me escuchen otros cantantes de la talla de Ana María Sánchez, una soprano de la provincia de Alicante muy cercana al pueblo de donde soy que se ha involucrado en mi carrera e inicios. También, he estado con la gran soprano Mariella Devia y la mezzosoprano Sonia Ganassi que han ido perfeccionando,  opinando y trasladando sus consejos y puntos de vista sobre lo que mi voz necesita y cómo podría mejorar para construir un  instrumento prácticamente infranqueable”.

¿Qué significado tiene para usted haber sido premiado en diversos certámenes como  el VII Concurso Internacional de Canto Alfredo Kraus en 2019, Concurso Internacional de Canto Tenor Viñas en 2020 o el Concurso Internacional Lírico de Alicante? “Una satisfacción inmensa, un créetelo porque muchos son los que se presentan ahí y merecen también el premio y al final solo puede quedar uno. Entonces es un privilegio, me siento dichoso, un premio al esfuerzo y al trabajo. Es como un cúmulo de muchos sentimientos, emociones,esfuerzos y al final estos son los trampolines que me han permitido darme a conocer y ponerme en boca de la gente que contrata y el mundo del canto lírico, que si no es por esos medios es un poco hermético darte a conocer y que sepan de ti”.

Dada su experiencia profesional en diversas obras operísticas como Il Trovatore, Rigoletto o La Bohème entre otras, ¿qué le es más fácil cantar un repertorio verista o belcantista?  “Al final yo como bajo y donde quiero proyectarme es en las grandes óperas de Verdi, en el repertorio en el que el bajo es una figura principal. Aunque hay que ser un poco realista y poner los pies en el suelo. Para que mi voz sea óptima para cantar ese tipo de repertorio, primero debo  elegir muy bien el repertorio para el crecimiento y que pueda llegar a ese punto. Yo creo que ahora mismo lo que a mi voz le interesa para madurar y aposentarse donde quiero es a través del belcanto y mucho Mozart, para lo que vendrá después. Yo mucho belcanto no he hecho, solo Lucía de Lammermoor, pero sí que he hecho óperas que permiten al cantante lucirse sin tener un riesgo excesivo. Y es que en las primeras óperas no puedes introducirte en charcos muy grandes porque puedes salir mal parado de tanta extensión en el rol. Es verdad que algún Verdi como Rigoletto o Il Trovatore el bajo es un bajo principal, pero no es protagonista, entonces no te quemas, al igual que La bohème o  Un Ballo in Maschera. De forma que el  repertorio va en medida de la edad, del crecimiento de la voz, del aprendizaje para utilizar tu  instrumento y llegar al sumun de cada tesitura. Es verdad que con los tenores y barítonos no pasa lo mismo, el bajo es la voz más grave que necesita más criterio, necesita un aprendizaje más lento y crecimiento más gradual, al final yo tengo que elegir, junto a mis maestros y agentes, el repertorio más adecuado para forjar un instrumento que pueda durar, como he dicho al principio, toda la vida, porque no tengo ninguna prisa para llegar a  donde creo y sé que voy a llegar”.

¿Con qué tipo de roles se siente más cómodo a la hora de interpretar? “No es lo mismo cantar un aria de ópera para una audición o concurso, que meterse en un rol entero durante toda una ópera. Por ejemplo, me veo muy  bien a nivel interpretativo cantando un Colline de La Bohème, un Sparafucile de Rigoletto, una Lucia di Lammermoor o un I Puritani que realizaré el próximo mes de octubre en Bilbao. Huyo un poco de lo muy pesante o papeles que requieren una experiencia que no tengo, porque con veintiséis años es imposible que yo interprete un rol de un cura o profeta sin toda esa experiencia que debe tener un cantante para dar realidad a ese rol. Otra cosa es cantarlo en un concurso, audición o concierto, por ejemplo, en los conciertos que doy pruebo a hacer piezas que sé que no me darán el rol entero, pero son piezas que pruebo para ver si soy capaz de cantar, buscar color… Hay que saber diferenciar qué repertorio se puede hacer en un sitio o no”.

Manuel Fuentes junto a Nino Surguladze el 26 de mayo de 2021. Foto: FND.

Nombrado Young Artist de Peralada

De las piezas operísticas y zarzuelas que ha interpretado, ¿qué ópera y qué zarzuela ha tenido más relevancia en su carrera profesional? “Me quedaría con Lucia di Lamermoor de este pasado mes en Córdoba porque creo que el primer gran rol de bajo protagonista con una trascendencia en la ópera y carácter muy marcado en el devenir de esa obra. Me quedo con ella porque creo que me marcó mucho el poder interpretarla y hacerla bien, además de sentar las bases de ese rol. Creo que lo haré mucho en estos primeros años. En cuanto a zarzuela, en el terreno profesional últimamente no he tenido la suerte de hacerla, sí que la hice antes a nivel amateur. A ese nivel me quedaría con Katiuska de Pablo Sorozábal,, interpreté a Burno Brunovich, el bajo de esa zarzuela, que además ese rol lo interpretaba anteriormente mi tío. Una de las personas más influyentes que me animó a entrar a la coral. Dijéramos que heredé el rol por su parte. El hecho de trasladarse ese rol y que me felicitara me trae muy buenos recuerdos”.

¿Qué significado tiene para usted ser nombrado como Young Artist de la EFA por el Festival Castell de Peralada? “Esto nace a través del Concurso Internacional de Canto Tenor Viñas en el Liceu en 2020, llegué a la final y me dieron el premio del Festival de Castell de Peralada, uno de los festivales de ópera en verano de los más importantes a nivel mundial. Por la pandemia me reprogramaron para el 2021, el verano pasado estuve haciendo dos conciertos durante ese festival y como iba teniendo cada vez más lazos estrechos porque confiaban en mí, me nombraron Young Artist en EFA, asociación de festivales europeos de los que Peralada forma parte. Tuve la gran suerte de que en una conferencia que dieron todos los festivales canté tres piezas, muy bonito a la hora de escaparate, y eso me dio un contrato en el Festival de Ljubljana en Eslovenia en el mes de febrero. Di un recital de ópera y zarzuela del que guardo muy buenos recuerdos porque fue mi primer contrato profesional fuera de España, anteriormente solo había ido a un concurso a cantar a Italia. Ser el Young Artist de Peralada me llena de mucho orgullo”.

¿Cómo se sigue educando una voz como la suya ya formada y con una trayectoria que la respalda, pese a su corta edad? “Yo me considero un recién nacido en el mundo de la ópera, porque por ejemplo en las producciones a las que voy a día de hoy soy el más joven e inexperto, pero tengo la gran suerte de estar muy bien respaldado por mi profesor porque me ha transmitido toda su experiencia. Quieras o no eso ayuda mucho a forjar al cantarte y el no ir sin conocimiento de causa a una producción, voy muy experimentado porque todo me lo ha transmitido él. Y es que la voz se sigue educando con el trabajo semanal. Es verdad que en producciones exteriores el contacto de docencia con mi profesor es más complejo, pero cuando estoy allí, cada día o dos días voy a dar clases en las que vocalizamos, trabajamos el repertorio, conversamos y es como una masterclass. Luego, en el terreno del repertorio, tengo un repertorista en Valencia para perfeccionar las obras. Al final ese es el mecanismo para poder llegar a una producción bien sabida, además del trabajo de casa que consiste en memorizar, estar con el piano… Luego, los idiomas, ahora estoy con el italiano, el inglés traído de casa y el alemán, que es terreno a parte. Es muy difícil. Es un idioma un poco denso , pero  ahora prefiero centrarme en el italiano por el tipo de repertorio que abarco”.

Háblenos de su próximo compromiso musical en Canarias, ¿cómo y por qué llegó a participar  en el Festival de Ópera de Lanzarote encarnando el papel de Sparafucile? “La función como Sparafucile el próximo 14 de mayo surgió estando en Canarias, porque tengo la suerte de venir mucho por las Islas, ya que a raíz del concurso de Alfredo Kraus guardo un inolvidable recuerdo de aquí, donde empezó todo. También tengo muy buena relación con la Fundación Alfredo Kraus y Rosa Kraus. Estando en el mes de enero en La bohème con el maestro Chichon y la OFGC, me llama Pancho Corujo y me explica el proyecto, cómo se iba a organizar, el elenco… No dudé ni un segundo porque el proyecto me gustó mucho, el rol  debuté el pasado mes de julio en Tarragona y lo canté a gusto, me va mucho ahora. Enseguida le di el aprobado y estoy con muchas ganas de empezar ya”.

“Sparafucile es un rol emocionante e interpretativamente es muy rico”
¿Cuáles son las premisas necesarias para la interpretación de un papel de este calibre?¿Qué dificultad presenta a nivel de técnica vocal? “A nivel interpretativo es muy interesante el rol porque al final  eres un sicario que está a merced de Rigoletto, que te contrata para matar al Duca y bueno es meterte en el rol de un asesino para persuadir. Sparafucile es un rol emocionante e interpretativamente es muy rico y se le puede sacar partido, a nivel vocal no presenta un despliegue extenso de rol en cuanto a extensión, pero tiene una vocalidad de verdaderamente bajo porque tiene dos saltos de octava al principio con un fa grave y al final con un fa sostenido, y eso si no lo tienes bien trabajado complicado. El público melómano lo estará esperando. En esos dos saltos de octava es  donde Verdi buscaba asustar y mostrar que el bajo tiene que ser un bajo”.

Se representará entre el 14 de mayo en el Terrero de Lucha de Tías, ¿qué oportunidad supone para usted y su carrera?” Una oportunidad de escaparate, formación para el proceso de aprendizaje de la voz, una oportunidad en todos los sentidos. Al final el cantante joven lo que necesita para mejorar es escenario. Donde uno más aprende, el tener experiencia, que no es nada más que vivir una cosa una y otra vez con gente distinta, producciones distintas, directores de escena diferentes que te expliquen y busquen enfoques nuevos de los personajes. Al final para mí es un lujo y placer. Desde aquí quiero agradecer a Pancho esta oportunidad, será una función super bonita y especial en ese primer festival que se merece una isla como Lanzarote. Creo que va a crear un precedente y ojalá que sea la primera de muchas”.

 

¿Qué mensaje quiere transmitir a nuestros oyentes en relación con esta próxima representación? “Rigoletto en una fecha como la que es, en una isla como la que es, en un ambiente paradisiaco como lo es Lanzarote y las Islas Canarias, es una oportunidad que no debería perderse nadie porque además la ópera es de las más conocidas de Verdi, junto con La traviata e Il Trovatore son las más representativas e influyentes. El elenco es fantástico, son todos unos profesionales que lo van hacer cine y la música es preciosa. La gente sale tarareando muchas de las músicas del Rigoletto y bueno, no va caer en el olvido , sentará un precedente y quiero que la gente no se lo pierda”.

¿Cuáles son sus futuras actuaciones? ¿Nos podría adelantar algo inédito? “La verdad es que tengo mucho trabajo, tengo que estudiar muchísimo, las maletas las llevo casi más cargadas de partituras que de ropa. Después de Lanzarote tengo un idilio con las islas, tres días después me marcho a Menorca a cantar Il trovatore de Verdi, luego saltaré de isla a Mallorca a realizar un concurso importante, en verano también tengo unos conciertos, en julio. Después de verano, en septiembre y octubre haré el rol más grande que he hecho hasta ahora, el Giorgio Valton de Il Puritani, es un bel canto en el ABAO Bilbao y luego también estaré haciendo Colline de La bohème en el Palau de les Arts en Valencia. El año próximo también hay varias cosas, pero parece que todo está aún ralentizado, hay cosas apalabradas pero no del todo firmadas. En definitiva, el futuro es muy prometedor, tengo mucho trabajo y ganas de seguir creciendo”.

Por último, ¿qué diagnóstico hace sobre la ópera en España? ¿Considera que es un género demandado? “Yo creo que ya lo era, pero después de la pandemia veo que la gente tiene muchas ganas de cultura, ópera, y al final nos hemos dado cuenta los cantantes y el público que la ópera cuenta los conflictos reales que están pasando hoy. Creo que el público se siente trasladado y esto al final acerca a los espectadores y al que no, creo que es porque no lo ha vivido o ido. Desde aquí me gustaría animar al público joven, ya que soy uno de ellos, a que se anime. Pues no puedes decir que algo no te gusta si no lo has probado. Entonces, ve, pruébalo, anímate, busca una ópera o pide consejo para ver cuál puedes ver. Es un espectáculo en su máximo esplendor, música, voz, danza, coro, decorados… Al final, al menos una vez en la vida tienes que vivirlo.La ópera ha venido para quedarse”.

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