Seguro que a todos nos viene rápidamente la melodía de “Summertime” a la cabeza cantada por alguna de las grandes figuras del jazz. Una de las versiones míticas es la de Ella Fitzgerald.
Pero lo que menos gente sabe es que esta música, en realidad, es de la ópera Porgy and Bess del compositor norteamericano Gershwin, compuesta en 1933. Sí, han leído bien. Un aria.
La ópera está basada en la novela Porgy de Dubose Heyward, que también se encargó del libreto de la ópera junto a Ira Gershwin). En ella se cuenta la turbulenta historia de amor de Porgy, un inválido, y Bess, que no se decide entre Porgy y su antiguo amante, Crown. Mediante los protagonistas, en realidad, se cuentan las dificultades en la vida de una comunidad afroamericana en un suburbio de Charleston, en Carolina del Sur. Que los protagonistas fuesen negros y que, encima, cantasen con técnicas de la ópera tradicional puso nerviosa a mucha gente. Por eso, esta obra tuvo que esperar hasta 1976 para conocer el éxito. No obstante, las críticas no pararon: muchos detractores opinan que es una ópera llena de estereotipos, donde los negros son ladrones, bebedores, camellos, etc.
Lo revolucionario de esta música es, por un lado, su cercanía a la música que cantaban sus protagonistas y, sobre todo, que les identificaba: el espiritual negro, el ragtime y el jazz. El espiritual cautivó a muchos compositores, siendo el ejemplo más evidente el Segundo movimiento de la Sinfonía 9.
Hay dos antecedentes a Porgy and Bess. El primero es del propio Gershwin, con su ópera Blue Monday, de 1922. El segundo es Show Boat, de Jerome Kern, escrita en 1927.
También el jazz y los ritmos de las música populares había adquirido un papel relevante y explícito paulatinamente en las composiciones de autores norteamericanos. Escuchen la obertura de Candide, por ejemplo…
La segunda revolución de esta música es que trascendió rápidamente las barreras entre la música académica y la popular. No sólo porque, como hemos visto Gerswhin explícitamente, la música “académica” ya tomara elementos de la popular, sino porque rápidamente la académica se coló en el mundo popular, algo que no había pasado muy a menudo anteriormente. Y lo interesante de este intercambio, es que esta música, que ahora es una standard de jazz (es decir, una melodía y armonía base que se pueden modificar tanto como el músico quiera), ha sido manipulada hasta la saciedad (dicen por ahí que hay unas 38.000 versiones).
Originalmente, en la ópera, aparece tres veces: dos como una nana y otra mientras se lleva a cabo una partida de dados, es decir, contraponiendo el mundo del juego, el alcohol y las drogas con una cancioncilla. ¿Si es una nana, porqué es tan terriblemente triste? ¡Ay! Pues que parece que nuestro querido Gershwin no fue tan original como parece, pese a defender que lo tomado de los espirituales era solo su ambiente. Pero si comparamos Summertime con Sometimes I Feel Like a Motherless Child, vemos sospechosamente cómo se parecen ambas.
En cualquier caso, siempre me ha llamado la atención lo triste que es esta canción, que habla del verano como una especie de parón ficticio de la dura realidad. Esto choca significativamente con la felicidad que se supone que hay que experimentar en verano, donde todo es posible, luminoso, optimista y maravilloso, como esta música de Mungo Jerry.
La letra de “Summertime” comienza así: “Summertime, and the living is easy…”. O sea: “[Es] verano, y la vida fácil…”. ¿Cómo lo ven? Con esta entrada, cerramos por este verano este especial. La semana que viene, seguimos con nuevos contenidos para intentar hacer también un poco más fácil el otoño.