El pianista, arreglista, compositor y productor, Julio Tejera, junto al piano de cola antes de su función. Foto: FND.

Julio Tejera: “Cuando compongo siempre pienso en la sencillez más absoluta, en enfocar notas y que sean las que funcionen”

Comienza su trayectoria en la escena musical desde hace ya más de 30 años participando con grupos de toda índole en Canarias, como el Jazz, el Pop, el Rock, la canción de Autor, las Bandas Sonoras o la música Sinfónica. Se traslada a Barcelona en 1993 además de terminar la carrera de Bellas Artes en la Universidad Autónoma de Barcelona, completar su formación musical.  Compositor y autor, también ha ejercido como productor, arreglista, instrumentista, director musical e instrumentista de infinidad de bandas en el territorio nacional (Raphael, Miguel Bosé, Revolver, Ketama, Manuel Carrasco, India Martínez, David Bisbal, Ella Baila Sola, Benito Cabrera, Los Sabandeños, Taller Canario, Taburiente, Rogelio Botanz, Andrés Molina, Arístides Moreno, Las Ratas, Chiqui Pérez, Sergio Alcover, Carmen París, María Toledo, Marwan, Sito Morales, etc….).  Amplia trayectoria artística en los distintos campos audiovisuales, música para cine, teatro y televisión a nivel nacional e internacional. Participa en más de 150 grabaciones discográficas. Compone infinidad de librerías y música  para Televisión entre las que destacan las grabadas con la Bratislava Symphony Orchestra bajo la dirección de D. Hernando para Atresmedia. Participa en el proyecto MAVS del Gobierno de Canarias y la Consejería de Educación para la composición de las obras documentales de CANARIAS CULTURA desde el año 2000.   

¿Cómo fue su primer acercamiento al mundo de la música? “Mi primer acercamiento fue a través de la familia porque mi padre siempre ha tenido la música como soporte prácticamente vital, ya que pertenecía a Los Sabandeños. Desde muy pequeño tenía su trío y su grupo musical . Tocaban en la Plaza de toros haciendo versiones de tríos mexicanos, música sudamericana y cosas canarias también. Por ahí toda la corriente llegaba de Latinoamérica y mi padre tenía y aún tiene vinilos y sigue practicando música. Sigue tocando la guitarra, el requinto y demás”.

¿Qué hecho hizo que se decantara por el estudio de las Bellas Artes en Barcelona?Eso sucedió posteriormente, en el instituto. Veía que me interesaba todo el contenido artístico y las Bellas Artes me daban unas capacidades bastante amplias para todo el tema de la creación, y no únicamente sonora, aunque para mí en aquel momento solamente eran estudios. Pero la parte creativa se nutrió por las Bellas Artes, ya que pintaba y estudiaba en Barcelona. Pasé la década de los 90 ahí y fue como abrirse las puertas para saber dónde estaban los límites”.

¿Cómo fueron sus inicios musicales profesionales en el Taller de Musics de la capital catalana? Eso fue casi de casualidad y anecdótico. Yo estaba estudiando allí en la Facultad durante el 93 y 94 y prácticamente hice algunos proyectos puntuales en el Taller. Es un punto de referencia en Cataluña”.

“En la faceta de músico en sí experimentas en tímbrica, electrónica, sinfónica, cine y teatro”


Tras su regreso a Canarias, ¿sabría decirnos cómo se introdujo en el mundo laboral artístico y cómo fue ascendiendo en el mismo? “Cuando regresé de la Facultad, había locales de jazz muy puntuales como el Búho en Tenerife. Empiezas a participar en ese ambiente y a conocer a músicos y músicas. Poco a poco me fueron llamando e incluso recuerdo que entraron Molina y Rogelio, que iban a seguir con el Taller Canario, y por aquellos años, iban a grabar un disco nuevo sin Pedro Guerra. En el mismo Búho su director musical y algunos más me ofrecieron participar en ese disco y las giras siguientes que iban a arrancar. Ahí arranqué y poco a poco fui ascendiendo hasta llegar a donde estoy hoy”.

¿Qué hechos le impulsaron a ejercer y especializarse a su vez como músico, compositor, pianista y arreglista?  “Para mí todo es uno. En la faceta de músico en sí experimentas en tímbrica, electrónica, sinfónica, cine y teatro. Y para mí todo tiene que ver un poco con lo mismo porque los ingredientes prácticamente son creativos,  y de influencias son los mismos, pero con distinto lenguaje. Todo es uno”.

En el día a día, ¿cómo logra compaginar dichas facetas? “Es difícil porque ahora uno ya tiene una edad. Antes sí, uno se pegaba las noches mañaneras en el estudio para sacar los trabajos, cosas para televisión y teatro con jornadas largas. Pero cada vez el cuerpo aguanta menos. Aunque poco a poco se saca. Uno debe organizarse”.

Dada su amplia experiencia profesional en géneros de diversa índole como el jazz, pop, rock, la canción de autor, las bandas sonoras o la música sinfónica, ¿sabría decirme cuál es el estilo con el que se siente más identificado? “Yo creo que me siento más identificado con la creación, para mí los géneros van cambiando a lo largo del tiempo y surgirán nuevos géneros. Es como pasa en la pintura, tú no puedes decir ahora soy cubista o soy surrealista, no tiene sentido. Sino que ahora mismo eres contemporáneo. Incluso contemporáneo en el tiempo, con la improvisación y lo que está pasando. Pues uno no compone igual con una mascarilla que sin la mascarilla. Si haces jazz, a la hora de crear te preguntas: ¿qué es el jazz, el pop o el rock? Lo vas definiendo y vas cogiendo de cada uno un poco. Imagino que es como todo a la hora de crear. Cuando creas coges desde un mensaje de José Mujica, a un pensamiento filosófico o un plato de comida. Es muy difícil elegir en qué género encasillarse. Para mí todo es uno”.

Tejera estudió Bellas Artes en Barcelona durante la década de los 90. Foto: FND.

 Constancia, humildad y aprendizaje


¿Qué ve de especial en cada uno y cómo logra ser tan versátil para poder adaptarse a cada género? “Yo creo que es la propia personalidad de cada uno. Recuerdo que mientras estaba grabando un proyecto de música de autor en los años 90, me comentaron que se notaba mi mano en el trabajo. Entonces, para mí eso es bueno. Eso lo he tratado hace poco en un disco con Raphael en un tema. Y también me lo dijo. Entonces, la gente me sigue dando el mismo mensaje que hace tiempo. ‘Se nota que es la mano tuya’. Creo que esa versatilidad te la da la actitud de decir voy a ir cambiando, pero siempre manteniendo esa sensibilidad y mi propia esencia”.

¿Cómo ha sido su experiencia trabajando con artistas de renombre como Miguel Bosé, Manuel Carrasco, David Bisbal, Benito Cabrera, Los Sabandeños y Marwan, entre otros? “Con Bosé y Carlos Goñi sí he estado de gira, con Bosé hace 10 años. Con Bisbal o Carrasco he estado en el estudio de grabación. Con Pedro Guerra grabé el último disco hace poco en Madrid. Es un honor participar en un proyecto donde haya talento siempre. Es motivante. Es cuestión de retener en la retina esas experiencia. Como, por ejemplo, el hecho de estar en concierto con Bosé en la presa de Zócalo, en México ante 120.000 personas. Te impacta de esa manera y te planteas que quizás esa oportunidad no vuelve a pasar. Y efectivamente no ha vuelto a pasar, por ahora. Ese disfrute rodeado de gente con talento siempre es enriquecedor”.

¿Cuál es la preparación profesional que se ha de tener para llegar a trabajar con personajes célebres del mundo cultural? Ya que actualmente cuenta con más de 150 grabaciones discográficas. “El crecer profesionalmente se basa en la constancia, el buen hacer, la humildad de saber dónde está cada uno y cuáles son sus limitaciones y aprender de todo, de lo mínimo, de lo más básico. El escuchar algo y preguntarse qué hay de nuevo en ello, el aprenderlo, memorizarlo y razonarlo. También, influye el no auto engañarse, ni engañar a nadie.  El aspecto de estar en el siglo xxi con una edad y preguntarse por qué a la juventud le gusta este tipo de timbres, sonoridades, que a nosotros nos choca. Algo que les pasa a los propios gestores culturales. Hacen contenidos y programaciones para personas jóvenes y por ello están en el día, en la contemporaneidad, en la creación porque de ella surge todo”.

Es muy importante lo que acaba de decir, el intentar entender por qué cierto sector social se siente atraído por un tipo de sonoridad o creación artística. “Es un poco razonar y no ponerse a decir es que el reggaetón o el trap… Y al fin y al cabo es una obra de teatro para un vídeo donde se incluye reggaetón, trap… A veces he tenido que decir hago un esfuerzo para ver qué pasa. Las cosas están bien o están mal. No hay buena música o mala música”.

“Todas las giras también me han ayudado mucho a nivel profesional y saber dónde estoy como músico”


¿Con qué otro artista le gustaría trabajar? “No lo sé la verdad. Tampoco tengo proyectos propios, a lo mejor va siendo hora. Admiro a mucha gente, pero participar es complicado”.

¿Cúal fue su primer encargo musical? ¿Y el de mayor disfrute? “Mi primer encargo y dinero profesional fue con el Taller Canario. Disfruté muchísimo. Hubo también en Teror en 2018 o 2019 un retorno del Taller Canario que fue muy gratificante. Los proyectos con Arístides también me marcaron bastante. Eran muy jóvenes. Todas las giras también me han ayudado mucho a nivel profesional y saber dónde estoy como músico”.

 ¿Alguna anécdota especial?Tengo anécdotas de quedarme en blanco. Una fue en el Auditorio de México, había 12.000 personas y hay un tema que hago yo con Bosé solo a piano. Y todo va muy sincronizado al ritmo de la música y va a un click. Recuerdo que cuando terminamos el tema anterior, yo me quedaba solo al piano con él y me quedé en blanco. No sabía qué hacer. Entonces llegaba la claqueta, la cuenta atrás, pero no recordaba la canción. Y justo cuando iba a arrancar, puse la mano encima del piano, sabía que estaba en Sol y me vino la melodía al frame y pude respirar. Si no tendría que haberlo parado todo , las luces, las escenografías lo que conllevaba un cuarto de hora de reenganchar. Y claro yo no llevaba partitura”.

¿No le sudaron las manos ni nada? “No me suelen sudar, me dio ese pequeño nervio interesante de emoción. Pero ahí yo decía no pasaba nada, si no sale se para, miraba al técnico de monitores y al director de musical y les decía ‘paren que no me viene la canción’ , pero cuando puse la mano sí. Además era una canción de mi buen amigo Fernando Ortí, el hermano de Polo Ortí. Entonces, pudimos seguir sin ningún problema. Esa anécdota de quedarme en blanco no me ha pasado más”.

Una conexión con el mundo audiovisual


Más allá del mundo musical también se interesa por el mundo audiovisual, ¿cuándo nace el gusto por este sector? Ya que participa en diversos cortometrajes como El sueño del ermitaño , y compone para cine, teatro y televisión. “El mundo del teatro sí lo llevo en la sangre porque me encanta, además trabajaba mucho y conocía mucho a la gente del Delirium de Tenerife por amistad. Siempre estaba en sus estrenos, montajes, veía su música y todo. Este año he compuesto la música de sus obras más recientes. Espero que siga componiendo algo más. En el mundo de la televisión, fue porque cuando me fui a Madrid surgieron proyectos con Atresmedia, Televisión Española, Telecinco, cabeceras para La que se avecina, informativos de Antena Tres, etc. Por ese lado de la televisión, sigo hasta hoy.  Y el cine con Javier Caldas he hecho algún cortometraje, con amigos que estudiamos”.   

¿Y a qué se debe la atracción por el mundo radiofónico? Ya que en 2010 produjo y realizó los programas Mar de calmas y Los Cantadores de las Islas Canarias en Canarias Radio La Autonómica. “Eso fue una casualidad también, fue con José Manuel Ramos. Nos lo encargaron. Fueron unos programas con muchos contenidos auténticos y canarios porque Ramos tiene mucha documentación sonora y registros muy importantes. Yo no sé si habría que rescatar ese programa porque la verdad es que era una bomba a nivel de datos y documentación. Mar de calmas lo hacíamos entre Lanzarote y estudio, fue un encargo de La Autonómica y fue muy interesante”.

¿Cómo llegó a participar en el proyecto MAVS del Gobierno de Canarias y la Consejería de Educación para la composición de las obras documentales de CANARIAS CULTURA?  ¿Qué significado tiene para usted colaborar en una iniciativa de este calibre? “Fue muy curioso y hace años con Rogelio Botanz que estaba en Contenidos canarios y es el que propone hacer la base sonora de esos registros de contenido que se ponían en el colegio. Fue hace décadas. Pero ahí trabajamos mucho en audiovisual, en aquellos años era con VHS eran vídeos. Esos contenidos están en cintas. Espero que puedan digitalizar”.

¿Cómo describiría su estilo musical? “No tengo estilo musical. Me gusta desde Keith Jarrett, Coldplay, C Tangana… Me gusta la buena música y la analizo porque es en la que hay una cuarta cosa. La mala música la paso por alto. También me gustan los clásicos” .

El músico trata de analizar la música actual para ver qué hay de atractivo en ella y fusionar así distintas sonoridades en sus creaciones. Foto: FND.

“Componer es tomar ingredientes para crear un plato”


¿Cuáles son sus influencias musicales o inspiraciones? “A la hora de enfocar el piano si tengo influencias como Keith Jarret, Lyle Mays . Cuando compongo siempre pienso en la sencillez más absoluta, en enfocar notas y que sean las que funcionen. A nivel compositivo, hay muchos autores musicales y siempre estoy en Spotify y en otros sistemas de streaming mirando a músicos como José González, grupos como Fink, Patrick Watson. Estás mirando y de repente hay algo que te llama la atención, pues la incrusto en la carpeta personal que tengo escondida”.

Es para poder fusionar diversos estilos, supongo. “Exacto. Componer es tomar ingredientes para crear un plato. Por ejemplo, me gusta cómo suena y toca la guitarra José González. Entonces, si hiciera un tema de jazz, intentaría añadir una guitarra como esa aunque fuera acompañamiento simplemente. También es para ver cómo se abren esas armonías, melodías, cómo utiliza herramientas a la hora de crear”.

Háblenos sobre su participación en la primera edición del Festival Tiempos Modernos, ¿cómo llegó a colaborar en un certamen de esta índole? “Me llamó Nino hace un tiempo. Me propuso esta participación que me da miedo porque me lo tomo como un reto. Es un reto de afrontar casi dos horas de película. Pero Nino también tuvo un punto en el que me abrió total libertad sonora, tímbrica y a la hora de elegir incluso la película. Dentro de ese pocket que mandó de películas había un autor que me fascinaba, F. W. Murnau. Había una película que me llamaba mucho la atención de él, además de Nosferatu, era El último. Creo que marcó la historia del cine. Pero viendo que estaba Nosferatu lo escogí. Tiene un recorrido más amplio. Y Murnau es uno de los que más ha llamado la atención”.

¿Por qué motivo eligió un filme como Nosferatu? “No solo por eso, sino porque es un director que llega al cine a través del teatro y porque realmente lo que quería ser era pintor. Estudié en Bellas Artes varias películas de él, sobre todo, El último. El cómo estaba realizada, cómo estaba enfocada, el simbolismo que tenía. Hablamos de este autor porque era pintor, era ‘el pintor de las sombras’. Quería ser pintor antes que otras cosas. Lo estuvo intentando, pero vio que su carrera no avanzaba y se dedicó al cine, teatro. Películas como Fausto que tienen que ver mucho con el teatro. Funciona como un pintor que está buscando imágenes y estas siempre son muy simbólicas, realistas e importantes que dejan al espectador pendiente a unas imágenes que son como cuadros, expresionismo puro y duro. Entonces, ese tipo de cosas fueron decantarme hacia Murnau porque es un pintor que hace cine y que utiliza el lenguaje del cine para pintar. La música irá por ahí, trataré de pintar con el piano las imágenes que nos han impactado a lo largo de su carrera para que cuando  el espectador cierre los ojos veas le venga a la mente varias imágenes como reflejos de cuadros”.

Un retrato pictórico al piano sobre Nosferatu en el Festival Tiempos Modernos


¿Cómo describiría su próxima actuación, el viernes 29 de octubre, en términos estéticos? “Será todo prácticamente desde cero. He experimentado mucho a la hora de crear. Incluso Nosferatu tuvo problemas de derechos de autor porque el libro era de Stoker. Entonces, a nivel estético y sonoro también voy a tratar de experimentar y manipular el piano para que sea un trabajo pictórico con el piano. Habrá sonoridades, pero con otro tipo de timbres a tiempo real. A ver lo que sale”. 

¿En qué otros proyectos trabaja? “Acabo de terminar otra obra de teatro con Mario Vega en Las Palmas,arreglos de piano para las canciones de Maya, una autora que admiro bastante… Con esto de la pandemia se han parado todas las giras. Tenía que grabar un disco con Revólver. Tenía ochenta conciertos a la vista. Pero uno se va reinventando con lo que haya. Ahora tengo un proyecto con el Consejo de Presidencia en el Consejo Territorial por realizar con Suso Saiz. Un proyecto bastante ilusionante de creación de contenido creativo planificado a finales de 2020 para que arranque en 2021 y 2022. En eso estamos”.

¿Cuál es la clave para poder vivir de la música? “Tener humildad, aprender y ser constante. Para que los proyectos no se diluyan en auto engaños, sino que se basen aprender y emprender. Un hecho que da contemporaneidad para situarte en el siglo y año en el que estás y, sobre todo, para ver que las cosas se sostengan en adelante. Se trata de adelantar y no pararte para hacer lo que ya está hecho. Sino en aprender de lo nuevo y arriesgarse. Sin improvisación y sin riesgo, no hay creación. Algo que tiene un poeta o un pintor cuando ve el folio en blanco, improvisa, cambia, tacha y vuelve otra vez.

¿Cómo visualiza el futuro cultural de Canarias tras la pandemia? “La gente creo que tiene ganas de cultura. No sé cómo ha hecho el mundo de la cultura para sobrevivir porque los números son los que son y todo está cerrado. Yo espero que la gente salga a consumir cultura porque es la que no nos ha hecho saltar por la ventana en plena pandemia. Cuando estábamos confinados poníamos música, veíamos Netflix… Y estos son contenidos culturales. Creo que una Ley de mecenazgo debería de afrontarse para que el mundo de la cultura respire y sea un bien de primera necesidad. Si no los psicólogos estarían más colapsados de lo habitual, sino hubiese sido por el mundo de la cultura en plena pandemia”.

Un hecho que se vio favorecido por las tecnologías. Ya que podíamos ver películas, conciertos en directo, óperas por streaming… “Esos contenidos culturales tienen un iluminador, técnico,generador, actores, si se cae todo eso, ¿cómo hacemos? Genera trabajo. Esperemos que todo cambie para mejor”.

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