A Harry Sparnaay, que se fue ayer, y silenció un poco más al mundo.

¡Ay, la navidad! Ese momento del año odiado y amado a partes iguales. Muchos compositores se han inspirado en ella. Eso nos ayuda  a ver, por ejemplo, cómo ha evolucionado el concepto de Navidad, inicialmente vinculado a la experiencia religiosa del nacimiento de Jesús y, poco a poco, dominado por otras narrativas y ficciones, como es el caso de El Cascanueces de Tchaikovsky. Si quieren contarle al cuñao pesado algunas curiosidades sobre música y navidad mientras pelan el langostino , sigan leyendo…

Las dos obras más importantes (ser importante puede ser por muchos motivos, entre otros su número y asiduidad de interpretaciones…), posiblemente, al respecto, es el Oratorio de Navidad de J. S. Bach, junto al Messias de Händel. Hoy les hablaré de la primera, que tiene mucha enjundia (a la segunda le tengo un poco de manía. Si hay quorum, me animo).

Bach no era un compositor libre que escribía lo que le apetecía. Si escribió este Oratorio (BWV 248) fue porque se encontraba dentro de sus labores en el Colegio Musicis de Leipzig, donde era maestro de capilla. Su composición se articulaba dentro de la música que tenía que sonar en el periodo navideño, en este caso, de 1734 (pensemos que Bach tenía que escribir una cantata para cada domingo y vacaciones…). ¡Ay! Pero la Navidad antes se tomaba más en serio, no se reducía a comer y a comprar cosas. Seis fechas destacadas se correspondían con los episodios de la natividad a la Epifanía: el nacimiento de Jesús (25 de diciembre), la Anunciación a los pastores (26), la Adoración de los pastores (27), la circuncisión y nombre de Jesús (1 de enero), el camino de los Reyes Magos (primer domingo después del primero de enero) y la visita de los Reyes Magos (6 de enero). Y eso mismo es lo que cuenta Bach musicalmente. El oratorio dicho brevemente, parece ser una es una suma de cantatas. 

Breve inciso: en aquella época, la música era criticada porque era ambigua, porque no decía nada concreto sin el texto. La estratagema utilizada para evitar la ambigüedad fue la de articular la música según la retórica. Por eso, las cantatas previas a las del Oratorio seguían la estructura de dictumexplicatio-applicatio-confirmatioosease, el verso bíblico – recitativo/aria/dúos, etc. que le da vueltas al significado del verso- recitativo/aria/dúos que lo interpreta – coral que lo celebra, lo confirma, lo acepta. Vamos: como en un sermón al uso, si lo piensan. Pero en las cantatas del Oratorio encontramos, en el primer movimiento, una contextualización. En el segundo aparece, por fin, el verso bíblico. A continuación, se van encadenando las interpretaciones con versos nuevos. Por eso,  Markus Rathey (que es de quien tomo este análisis), nos dice que no se deben considerar exactamente un conjunto de cantatas o, como a mí me parece más correcto, pensar en otras formas de hacer cantatas, que se amplían en la propia práctica. Así que, de este modo, la estructura sería la siguiente:

  • Cantata nº 1 :“Jauchzet, frohlocket, auf, preiset die Tage!”.(Regocijaos, alegraos. Glorificad este día)
  • Cantata nº 2 :“Und es waren hirten in derselben Gegend”. (Y estaban los pastores en la misma región).
  • Cantata nº 3 :“Herrscher des Himmels erhöre das Lallen”.(Soberano del cielo, atiende las súplicas)
  • Cantata nº 4 :“Falt mit Danken, falt mit Loben” (Caed con agradecimientos, caed con alabanzas).
  • Cantata nº 5 :“Ehre sei dir, Gott, gessungen” (Sea cantado en tu honor, Dios).
  • Cantata nº 6 :“Herr, wenn die stolzen Feinde schnauben” (Señor, cuando los orgullosos enemigos rugen).

Al igual que en La Pasión según San Mateo (que, si no la conocen, ya tienen idea para un autoregalo o para el amigo invisible), Bach utiliza a un narrador que cuenta la historia (según Lucas 2:1–21 y Mateo 2:1–12) pero también la comenta. Esto es fundamentalmoderno, porque nuestro querido Juan Sebastián (¡¡no Mastropiero!!) se “mete” en la historia para expresar sus propias lecturas del asunto religioso. Justamente era esto lo que perseguía el protestantismo: que la interpretación y relación con Dios fuese sin intermediarios, que el sujeto individual, pequeño, tuviese también su voz propia al encararse ante los asuntos divinos. Así que en casi todas las obras de Bach se camufla en una supuesta objetividad sus miedos y dudas. Lo que les recomiendo es que escuchen la obra leyendo el texto, que les dejo aquí: http://www.kareol.es/obras/cancionesbach/bachbwv248.htm

Cosas en las que fijarse, porque son fundamentales modernas:

  • El uso de recursos pastorales, que vimos aquí.  Ya no solo importa su riqueza de recursos, sino que también acerca a Dios a la tierra. Ya no se esfuerza en representar el cielo y el paraíso, sino la tierra que como debería recibir al señor. Por eso es un tanto idealizada pero remite a elementos pastorales, de campo, cercanos. También es un recurso para mostrar la sencillez y humildad del origen de Jesús

  • Pero, al mismo tiempo, la des-dramatización del texto. En años anteriores, las representaciones de Navidad habían sido motivo de polémica: cada vez más eran más personalistas, o de gran realismo, o extremadamente moralizantes a través del miedo. Así que Bach es discreto en la atribución de personajes principales papeles muy largos o de llenar de dramatismo las escenas. Más o menos desde 1700, lo que se esperaba de estas obras era que fuesen un motivo para la interioridad.
  • El uso del coro: ¡Es la voz del colectivo! Los ángeles, los pastores… Si son los que reafirman el mensaje bíblico, deben ser tratados con mucho respeto. Y así es: son los puntos de apoyo, comienzo y final de la pieza. Pero, además, están basados en corales que la gente se sabía. Era un elemento integrador para los fieles…
  • La extraña importancia a lo instrumental. Es esta época no era especialmente importante qué instrumento tocaba cada parte: se tocaba con lo que había, como en este duo de violínes, que nos recuerda a la fuga que abre su Concierto para dos violines

Pero claro, si alguien tiene que componer semanalmente y dirigir un coro y hacer asuntos burocráticos, el tema artístico y de la unicidad de las obras queda en segundo plano. Así que -esto era habitual en la época, donde aún lo de los derechos de autor no estaba claro- Bach se copia así mismo un poco. Total, la gente no se iba acordar, que no había ni Spotify ni nada: la música se escuchaba una vez y listo, a otra cosa mariposa. Así que hay muchos elementos “reciclados”. Por eso, cuando vean que a esta obra se la considera “parodia“, no es que Bach tuviese el día simpático: se llaman así las obras que toman recursos o partes de otras preexistentes. Esto sí que le va a gustar al cuñao, que podrá crear una de sus frases ídem “pues a ver si va a ser que Bach al final no era tan buen compositor…”.

Escuchen el inicio de la cantata 214….

Y ya la que nos interesa… a ver si les suena…

 

O el inicio de la Cantata 214…

y el inicio de la cuarta parte o cuarta Cantata del Oratorio, la dedicada al año nuevo:

Y es que, aunque parezca que la obra se abre con un coral que tiene un carácter majestuoso, celebratorio porque  Jesús ha nacido y que, por eso, los timbales y los metales actúan como toque de alerta (por eso tiene un lejano sabor militar…) pues nada hay más importante sobre la tierra que tal nacimiento… ya vemos que Bach no tuvo mucho problema en meter elementos profanos en una obra religiosa. Pero no por ateo, o agnóstico, sino por las condiciones materiales en las que se encontraba, donde la asfixia por componer le dejaban poco espacio para la reflexión. Ya nos advertían los griegos de que la filosofía comienza cuando hay tiempo libre. Y esto me lleva a una reflexión importante de cara a la Navidad: pensemos quién se encarga de que todo esté precioso, de ir a comprar, de cocinar, de limpiar, de cuidar a todo el mundo, menos a sí mismo-a. Y luego pensemos qué tipo de Navidad queremos. Yo pienso: la que no sea a costa de nadie.

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About the author

Marina Hervás, nace en Tenerife en 1989. Es licenciada en Filosofía (Universidad de La Laguna, 2011) e Historia y ciencias de la música (Universidad de La Rioja, 2014), Máster en Teoría e historia del arte y gestión cultural (Universidad de La Laguna, 2012) y doctora en Filosofía por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) con una beca FPU. Posee el grado medio de violín. Ha obtenido el Primer Premio en CC. SS. y Humanidades del Certamen Nacional de Investigación «Arquímedes» convocado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España.

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